No me queda más remedio que reconocer que mi abuela con 80 sabe hacer operaciones matematicas mucho mejor que yo y os aseguro queridos lectores que muchos estareis en la misma vergonzosa situación que yo. En pleno sigle XXI siempre tenemos una calculadora al alcance de nuestras manos lo que nos provoca una comodidad avismal a la hora de hacer cálculos sin cansar la cabeza. ¡Bendita comodidad! Esa que hace que hoy en día haya gente con carreras impresionantes que no sepa casi ni multiplicar sin ayuda de una calculadora. De pequeños nos enseñan en clase pero a medida que pasan los años para ahorrar tiempo nos dicen que usemos la calculadora, mi querida calculadora.
Muchos fines de semana paso vergüenza al darme cuenta que sin calculadora estoy perdida, pero me doy cuenta de que en la misma situación que yo estamos cientos de jóvenes, no incultos si no empujados en un tiempo a ese magnifico invento llamado:calculadora.
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